Los instrumentos para evaluar estas actividades se basan en la observación del sujeto evaluado en su propio entorno y los más destacados son: índice de Katz, índice de Barthel, índice de Incapacidad Funcional de la Cruz Roja, FIM y FAM. Son unos instrumentos muy utilizados por los terapeutas ocupacionales para adaptar a los sujetos unas actividades determinadas y graduadas en función de los resultados obtenidos.
-Índice de Katz.
Este instrumento va dirigido a personas mayores de 65 años, midiendo el grado de deterioro en las actividades que evalúa (bañarse, vestirse, usar el retrete, movilidad, continencia y alimentación). Fue creado en 1985 por un equipo de enfermeras, médicos, asistentes sociales, terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas de un hospital geriátrico y de enfermos crónicos. Fue diseñado para la rehabilitación, pero se emplea para valorar muchas enfermedades crónicas como el infarto cerebral. Es una de las escalas más utlizadas a nivel geriátrico y paliativo.
Según este índice, una persona es independiente cuando no precisa ayuda o utiliza ayuda mecánica y dependiente cuando necesita ayuda de otra persona, incluyendo la mera supervisión de la actividad. Se basa en el estado actual de la persona.
El índice de Katz utiliza una clasificación basada en letras siguiendo un orden jerárquico:
A. Independiente en todas las actividades.
B. Independiente en todas las actividades, salvo una (suele ser bañarse).
C. Independiente en todas las actividades, excepto bañarse y otra función.
D. Independiente en todas las actividades, excepto bañarse, vestirse y otra función.
E. Independiente en todas las actividades, excepto bañarse, vestirse, uso del retrete y otra función.
F. Independiente en todas las actividades, excepto bañarse, vestirse, uso del retrete, movilidad y otra función.
G. Dependiente en las seis funciones.
Al igual que la dependencia tiene un orden establecido, la independencia también, recuperándose primero la capacidad para comer y la continencia de esfínteres, luego la de levantarse de la cama e ir al servicio y por último la capacidad para vestirse y bañarse.
Las actividades que se realizan de manera independiente son puntuadas con un 0 y las que no se realizan o necesitan ayuda para su realización se puntúan con 1 punto,considerando la puntuación entre 0-1 de dependencia ligera o independiente, entre 2-3 de dependencia moderada, y por último entre 4-6 dependencia severa. Por lo tanto, a menor puntuación, más independencia existe.
Las ventajas de este instrumento son la sencillez en la realización, la comodidad para el paciente, la facilidad a la hora de comunicar la información, validez y consistencia interna. Predice la necesidad de institucionalización y la eficacia de los tratamientos.
Las limitaciones que presenta son la poca sensibilidad ante cambios pequeños y que valora independientemente de la severidad de las enfermedades y del dolor percibido en su realización.
-Índice de Barthel.
Este instrumento de evaluación pensado para personas mayores de 65 años, fue creado en 1955 para medir la evolución de los pacientes procesos neuromusculares y musculoesqueléticos en un hospital para enfermos crónicos. Es uno de los instrumentos más utilizados en pacientes con enfermedad cerebrovascular aguda, en geriatría y rehablitación.
Consta de diez ítems (comida, baño, vestido, arreglo, deposición, micción, ir al retrete, transferencias, deambulación y subir y bajar escaleras), siendo el de más peso las transferencias de la cama al sillón. Valora la capacidad de una persona para realizar de forma dependiente o independiente 10 actividades de la vida diaria y les asigna una puntuación ( 0,5,10 y 15) teniendo en cuenta el tiempo empleado en realizar la actividad y la necesidad de ayuda, obteniéndose una puntuación final que varía de 0 a 100. La puntuación de máxima independencia es 100.
Por tanto, una puntuación menor de 20 quiere decir dependencia total, entre 20-35 de dependencia grave, entre 40-55 dependencia moderada y dependencia leve si la puntuación es mayor o igual a 60.
Este instrumento tiene en cuenta si el paciente está en silla de ruedas. En caso afirmativo, la dependencia total tiene una puntuación de 90 porque en todos los parámetros tienen 10 puntos menos de lo habitual.
Las ventajas de este instrumento son la facilidad de aplicarlo, de aprender y de interpretarlo, su fácil adaptación a diferentes culturas, es un buen predictor de la mortalidad y de respuesta a los tratamientos de rehabilitación, valora con precisión la duración en el hospital, la necesidad de institucionalización, el resultado funcional final y la capacidad para seguir viviendo en la comunidad y participar en la vida laboral.
Presenta limitaciones para detectar cambios en situaciones extremas.
-Índice de la Incapacidad Funcional de la Cruz Roja.
Este instrumento se publicó en el año 1972, tras utilizarse un año en un hospital de geriatría de Madrid, donde lo diseñaron para evaluar y clasificar a los ancianos residentes en su domicilio dentro del área del hospital y poder localizar a aquellos que precisaran asistencia geriátrica domiciliaria. Es la tercera escala más utilizada en los servicios de geriatría españoles.
Para evaluar al sujeto, el profesional tiene que clasificarlo en el grado funcional que más se aproxime a su situación actual. Clasifica la capacidad de autocuidado en cinco grados, siendo la independencia el 0.
Es una escala simple y fácil de utilizar,valora la movilidad, incontinencia, el baño, comer, vestirse y asearse. Es válido, tiene fines clasificatorios y es fiable, pero es poco específico y poco sensible a cambios.
-FIM.
Este instrumento se utiliza para medir la independencia funcional en sujetos con disfunción física de entre 18 y 64 años. En nuestro país es el instrumento más utilizado y se basa en un seguimiento a lo largo del tiempo ayudado de una entrevista para conocer las exigencias que necesita una persona al realizar una actividad en un entorno social y físico. Se centra en áreas prioritarias como el aspecto motor y cognitivo con el fin de planificar la rehabilitación y a su vez reconocer y comparar la eficacia de un tratamiento.
La escala tiene 18 ítems agrupados en subescalas clasificatorias (autocuidado, control esfinteriano, transferencias, locomoción, comunicación y cognición social).
Cada ítem se valora entre 1 y 7 puntos, considerando el 1 como asistencia total y el 7 como independencia completa. La independencia total tiene una puntuación máxima de 126 puntos.
-FAM.
Es un instrumento muy utilizado en personas de entre 18 y 64 años con daño físico y cerebral.
Tiene los mismos niveles que el FIM, por lo que también cada ítem se evalúa entre 1 y 7 puntos.
La diferencia con el FIM es que este instrumento introduce nuevos parámetros como es la deglución dentro del cuidado personal, la transferencia al vehículo dentro de la movilidad, los accesos comunitarios dentro de la locomoción, la inteligibilidad del lenguaje en la comunicación, el estado emocional, la adaptación a las limitaciones y la capacidad para trabajar dentro del ajuste psicosocial, y la orientación, atención y el juicio crítico (seguridad) dentro de la función cognitiva.
Proporciona información cuantitativa y cualitativa y es más específico que el Índice de Incapacidad Funcional de la Cruz Roja.
Tiene fines clasificatorios, pero su fin es más bien diagnóstico.
SOY UNA PERSONA SOLTERA Y VIVO CON MI SOBRINO EN UNA TORRE CON EL PROBLEMA DE QUE NO TENEMOS TRABAJO LOS DOS ESTAMOS EN EL PARO HAY ALGUNA SOLUCION SOCIAL PARA REALIZAR TRABAJOS DE MANTENIMIENTO DE ALGUNA EMPRESA DE LA ZONA PARA REESTABLECER EMPRESA DE CONSTRUCCION GRACIAS POR SI ALGUIEN ME LEE MIS COMENTARIOS
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